Sobre mi ombligo se alzan tus dedos, se posa tu lengua.
Sobre mi ombligo descansan tus sueños y juega tu sexo.
Sobre mi ombligo dibujas tonterías y alrededor de él,
escribes frases rotas de una vieja canción, de un hombre ya muerto.
Tus ojos, tus ojos llenos de mierda, cansados de los días se
deslizan sobre las paredes, sobre mi cuerpo, sobre el retrato del mismo hombre
ya muerto, del cantante vencido por los años y las drogas.
Te desprendes de mí y
me dejas inacabada, incompleta, incoherente, fragmentada, transparente.
Pero vuelves a mí y somos verso, somos mala poesía escrita
sobre la cama, somos color, somos melodía y somos las letras de tu nombre.
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