miércoles, 19 de diciembre de 2012

Un Hombre Inexistente


Hoy me he sentido tan sola como aquellos días que caben en 30 años de vida.
No miro hacia arriba por el miedo de perder el camino que llevó en los pies.


Aún guardo esperanzas un poco marchitas, algo añejadas, también sostengo la primera palabra entre mis labios que gritare al verte y la mirada que te lanzaré. 


Acumuló los suspiros que te pertenecen para cuando llegues. Aún guardo cada recuerdo que no me has dado.

Ya me he sonrojado tantas veces por aquellas cosas que tienes que decirme.

He sentido tu aroma recorrer mi nariz, te he oído silbar por las calles y he sentido las caricias de tus manos en mi cabello por las noches. 


Llevó meses enteros gritando tu nombre, esperando la respuesta de una voz inexistente, esperando tu llegada, el asomo inminente de tu rostro. Pero sé que no existes, que nunca te veré, que jamás te recostaras a mi lado o mi piel tocaras.


Pero soy terca y testaruda, por ello seguiré esperando.



Porque te tengo dibujado en tantos sueños y te he acariciado tantas veces en ellos.


Sé que me buscas, que llegas a tu cama con el mismo desconsuelo que yo, de no habernos encontrado aún.
Sé que no existes pero te espero.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Poesía Barata


"-Señoría, ¡permitame y le miento a usted y a esta corte! -Suspiró- ¡la maté porque la odiaba!, odiaba su pelo en el cual deseaba enredarme, odiaba su cintura la cual anhelaba recorrer, odiaba sus ojos los cuales adoraba pero ante todo, ¡la maté porque si la odiaba!"
 "Intento dibujar tu sonrisas con lápices rotos por los intentos, y cada vez que me aproximo a ese sueño perfecto mi lápiz desfallece, pues entiende que tu sonrisa solo podrá ser apreciada por los dichosos ojos que desnuden tu alma"
 "y alguien humedeció la pluma en la tinta y empezó a narrar tu historia, utilizo distintas caligrafías en tu vida para las personas que conocieras en tu camino por las lineas de la hoja... Nuestros nombres se tropezaron en uno que otro párrafo, nuestras historias se amaron en pequeñas oraciones pero nadie nos garantizó que estaríamos juntos al final del libro”
 "El día moría entre colores naranjas, él no sabía que le faltaba, la noche se apresuraba y el caminaba con la locura entre los pies, sus ideas se escurrían entre sus ojos y su boca vomitaba sueños, aun no sabía que le faltaba. Con sus manos dibujaba algunas ideas que brillaban en la oscura noche, su cabello alargado llevaba enredada algunas pesadillas, ¿qué me falta?;  Volvió a olvidar soplar las nubes"
 "A ella el día se le puso gris, le llego algo de lluvia y frió, era un día de esos que la hacen feliz. Ella sabía que el existía, ella sabía que el también disfrutaba de días así. Ella se durmió entre la melodía de la lluvia y el despertó sabiendo que alguien lo pensó"
 “Se le escurrió entre los dedos los besos que él le dio a guardar; cayeron al piso deslizándose al caño. Intento reemplazarlos con otros. Todos eran distintos a esos; eran verdes, eran azules, eran besos rojos, eran de muchos colores, ninguno parecido a los de él. Lloro tres días y tres noches. El regreso, y vio que entre las manos de su amada habían manchadas de muchos colores; el comprendió cuantos besos ella sostuvo, el comprendió  que sus besos se perdieron”

"Él la miro con deseo, con lujuria, con ganas de pecar; ella correspondió cada mirada, ella lo esperaba. Él acelero su paso para tenerla justo enfrente. Uno, dos, tres, cuatro, contaba cada segundo para alejar el miedo y cuando la tuvo a un suspiro de distancia, no se detuvo... y ella con una voz firme dijo: ¡Señor! ¡Tenga la decencia de volverse y robarme un beso!"


martes, 3 de julio de 2012

Placer




Te imaginaste en una noche sin estrellas, con una luna opaca, dibujando mis huesos. Le dabas forma a mis caderas, firmeza a mis muslos, suavidad a mi pecho, una hermosa textura a mi boca. Con sutil agilidad formaste cada uno de mis dedos, mis ojos te tomaron tiempo,  mis cabellos eran cientos de piolines de tu color preferido.

Me volví solida entre tus manos.

La noche oscura transcurrió lenta y pesada, fueron tus dedos los que desde lo más bajo de mi cuerpo le dieron los toques finales a todo. Comprobando la existencia de cada parte.

Tu boca inquieta subió desde mi vientre a jugar dulcemente en mis pezones, en cada uno tomo su tiempo, lamiéndolos con extremada velocidad luego tus labios se posaban sobre ellos, mordiéndolos suavemente en intervalos pequeños con los dientes,  te deslizaste a mi cuello y subiste a mi boca. 

Tus labios en guerra contra los míos, tu lengua queriendo apoderarse de todo, la cual se fundía con la mía en una sola, formando un torbellino de placer inconmensurable. Caricias iban y venían, como ataques que cortaban el aliento  y ponían en guardia los fragmentos de la piel, extendidas por cada región de mi  cuerpo paralelamente con la seducción de los besos.

Tus manos se posaron nuevamente en mis caderas haciendo pequeños giros con tus dedos en mi vientre, los cuales poco a poco alcanzaban mi sexo. Sentí una corriente indescriptible en mis muslos que me prohibía no conocer ese placer.

Nuestro juego perverso y coqueto, nuestro temporal paraíso terrestre, lleno de caricias cargadas de lujuria, manteniendo una mirada cómplice de amantes ardientes de pasión y placer.

Sentí tus besos y tu lengua recorriendo el fino camino de mi espalda y como poco a poco llegaba a mis nalgas, a las cuales se aferraba con firmeza. Sentí como mis bellos se erizaban.



Tus dedos en mi sexo, rozándolo suave y sutilmente, provocándome jadeos de placer. La dulce masturbación no tiene precio. 




Colaboración: Jhonatan Ramirez

jueves, 31 de mayo de 2012

Ella


Solamente era la decadencia de su cordura, solo era la perdida de su razón, eso era lo que se derramaba por medio de su sexo. En constante conflicto por su ser biológico, en constante lucha contra su fe.

No sabia vivir, no sabía comportarse entre los modelos establecidos en sociedad, no sabia que era mejor o peor en sus actos. Nunca aprendió a ser mujer, jamas había deseado ser perfectamente femenina. Se sostenía en pie como el ser extraño que miran con deseo y tratan con neutralidad.

Crecieron sus ganas de mirar al cielo y buscar la respuesta que ya conocía a preguntas que no existían. Eran fuertes sus ganas de creer en aquello que los demás creen, pero sabía que era incapaz de ser tan imbécil.

¿Cómo amarse? ¿Cómo ser feliz cada mes que se recuerda que es una mujer infeliz? ¿Cómo vivir sin ser fuerte o débil? ¿Cómo seguir sin saber donde pisar? ¿Cómo respirar ese aire lleno de sentimientos que no puede ver ni tocar? ¿Cómo existir en el mundo donde nunca ha vivido?

Cada vez que abría sus ojos sabia muy bien en que infierno pisaba, aprendió a bailar entre mentiras, aprendió a besar al diablo y a cruzar miradas con extraños. 
Mantuvo sus noches siempre acompañadas por la soledad.

Siempre confundida, siempre su sexo sangrando y gritando su género pero ella con  deseos de tocar hasta lo ajeno. Disfrutaba cada beso lanzado en su memoria, disfrutaba inquieta en su cama la compañía de sus ideas que la masturbaban hasta hacerla gemir y con el desconcierto siempre de saber si eran mujeres u hombres sus ideas.

Seguirán pasando los años y seguirá viviendo en soledad sin acostumbrarse a ella, pero sin opciones, sin lamentos, sin quejas hacia lo que nunca tuvo o ¿quizá se lamentara?

Ahora nadie llorara por ella, nadie quiere cuidar la inutilidad que es mientras vive su vejez, algo que asqueaba y arruinaba su cabeza. Ahora era ella quien producía lastima, ahora ella era quien buscaba piedad y con ganas de recuperar su fe.




sábado, 5 de mayo de 2012

Partida




lo fue la desgraciada coincidencia de vivir en el mismo tiempo, de haber sido escritos en el mismo libro, que fue esa misma mano que con sutil caligrafía escribió nuestros nombres en ese primer párrafo y que jamás nos garantizo volverlos a escribí en el último.
 
Fue la maldición de mi cuerpo atado, de mis ojos cansados, el verte morir sin poder intervenir.
Maldigo cada momento que se encontró lleno de felicidad; felicidad de porcelana, la cual se desquebraja de miedo ante las amenazas de la muerte, que con sus labios húmedos del deseo, con sus manos ansiosas de tenerte, sonríe.


El tiempo no nos dio tregua para vivir, no nos dejaron elegir. Yo daría la mitad de mis latidos por que vivieras hoy, porque tu cuerpo y el mio en una noche más se fundieran, otorgándole al silencio el segundo puesto.



¡Que tus dedos inquietos conozcan mis secretos, tu boca ligera y ardiente bese mis sueños!
Pero sólo es un bajo deseo, uno de esos que nacen cuando la ausencia llega, cuando esa ausencia eterna se encuentra.

 Ahora regrese a ser ese cuerpo que vive en las noches y en los días muere, que no le encuentra sentido al reloj ni a sus ínfulas de manejar el tiempo.  

lunes, 19 de marzo de 2012

Extinción



Otra noche más que llega, tú sigues presionando a tus manos a dibujar las líneas de mi cuerpo, sigues intentando que mis curvas se plasmen con tus malditos trazos.
Ya he dejado de ser tu musa, ya no pertenezco a tus lienzos carentes de sentido, 
ya no te inspiro en las noches ni en los días.
He pasado a ser el desgate de tu época de gloria.


En los momentos perfectos que se dan en el tiempo ya no veraz mis  pechos al desnudo, es mejor que te des por vencido dibujante fracasado,  
no dará tregua tu imaginación en decadencia.
 No posare mas en los rincones de tus deseos, la paleta de colores ya no te mostrara mi piel, 
no vez ese tono de mis labios carmesí.
Tu lienzo, tu mano, tus colores y yo, ya no compartimos el escenario.


La triste imaginación de un artista sin pasión, el toque perdido de las noches estrelladas,
el brillo sin gracia de la luna contemplada. soy el espanto, soy ese cuadro mal creado.
Tus  ojos ya no me ven, mi aroma de tinta fresca ya no se encuentra en tus pulmones.
no puedes evitarlo, tu imaginación te ha hablado,
ya no cobro vida en el papel o el lienzo.