miércoles, 19 de diciembre de 2012

Un Hombre Inexistente


Hoy me he sentido tan sola como aquellos días que caben en 30 años de vida.
No miro hacia arriba por el miedo de perder el camino que llevó en los pies.


Aún guardo esperanzas un poco marchitas, algo añejadas, también sostengo la primera palabra entre mis labios que gritare al verte y la mirada que te lanzaré. 


Acumuló los suspiros que te pertenecen para cuando llegues. Aún guardo cada recuerdo que no me has dado.

Ya me he sonrojado tantas veces por aquellas cosas que tienes que decirme.

He sentido tu aroma recorrer mi nariz, te he oído silbar por las calles y he sentido las caricias de tus manos en mi cabello por las noches. 


Llevó meses enteros gritando tu nombre, esperando la respuesta de una voz inexistente, esperando tu llegada, el asomo inminente de tu rostro. Pero sé que no existes, que nunca te veré, que jamás te recostaras a mi lado o mi piel tocaras.


Pero soy terca y testaruda, por ello seguiré esperando.



Porque te tengo dibujado en tantos sueños y te he acariciado tantas veces en ellos.


Sé que me buscas, que llegas a tu cama con el mismo desconsuelo que yo, de no habernos encontrado aún.
Sé que no existes pero te espero.